El Gobierno tiene una clara convicción de que la liberación del comercio exterior es fundamental para garantizar la competencia y la accesibilidad de la población a productos de mejor calidad, y a menor precio. Sin embargo, especialistas advirtieron que la apertura no se está realizando en el marco de una estrategia de desarrollo, por lo cual sus efectos negativos tienden a ser más relevantes que los positivos.
Así lo reflejó un informe de Fundar, organización dedicada al estudio, la investigación y el diseño de políticas públicas para un desarrollo sostenible e inclusivo. Según los cálculos plasmados en este trabajo, titulado "Abrir sin paracaídas", las políticas libertarias podrían incrementar en u$s12.391 millones las importaciones anuales (a precios de 2024).
Este boom de compras externas, sin ningún tipo de medida compensatoria, produciría una caída del 2,6% en el valor bruto de producción y del 2,2% en el valor agregado bruto de la economía. Además, pondría en riesgo el empleo de 431.452 trabajadores, que representan el 2,3% de los puestos en el sector privado.
