Un bombardeo de Israel destruyó  un anexo de la embajada de Irán en Siria y dejó al menos ocho muertos, en los que se encontraban siete miembros de los Guardianes de la Revolución islámica, de los cuales dos eran altos mandos. Por su parte, el ejército ideológico de la República Islámica de Irán condenó el ataque y ratificó la muerte que siete de sus miembros, dos de ellos altos mandos de la Fuerza Qods, brazo de operaciones exteriores israelí, Mohamad Reza Zahedi y Mohammad Hadi Haji Rahimi.