El fenómeno conocido como “maretazo” comenzó cuando olas de hasta cuatro metros golpearon el litoral peruano. Con el correr de las horas, la marea brava se extendió por las costas del océano Pacifico y llegó a Chile y Ecuador, causando el vuelco de embarcaciones artesanales, la destrucción de muelles e infraestructura turística. La cuenta de los daños provocados en puertos y embarcaciones en Perú es enorme, especialmente a pequeños sectores pesqueros, que perdieron botes y redes quedando así seriamente complicadas sus actividades, en tanto que este sábado los reportes desde Ecuador se agravaron todavía más, dando cuenta de un muerto en la ciudad de Manta. El Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada del Ecuador (Inocar) señaló en un comunicado que en las provincias de Manabí, Guayas, Santa Elena y Galápagos las olas alcanzaron una altura máxima de poco más de 2 metros.

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