La líder ultraderechista francesa, Marine Le Pen, condenada e inhabilitada para ejercer cargos públicos, promete dar pelea. En un acto celebrado en París, calificó su sentencia por malversación de fondos públicos como una “decisión política” y aseguró que no se rendirá tras el fallo de la justicia que le impide participar en elecciones.
“No me rendiré”, dijo Le Pen a los simpatizantes de su partido Agrupación Nacional, que abarrotaron la Plaza Vauban, frente a la brillante cúpula dorada de Los Inválidos, uno de los edificios más emblemáticos de la capital francesa y que alberga la tumba de Napoleón.
Frente a la multitud que coreaba “Marine, Marine” y ondeaba banderas francesas, Le Pen definió como una “caza de brujas” la sentencia de primera instancia que le impide presentarse a cargos públicos.

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