Los cubanos están en guerra contra la “dolarización” parcial de las tarifas de telefonía móvil en Cuba.
El descontento generalizado, que se palpa en las redes sociales y en cualquier comunicación digital, llegó hasta la Universidad de La Habana, donde un sector estudiantil llamó a no asistir a clases como método de presión, algo inédito en una isla de férreo control estatal.
De ahora en más, se permitirá una sola carga mensual a un precio básico de 360 pesos (2,50 dólares). A partir de ahí, cada recarga subirá a valores superiores a cualquier jubilación mensual y cercana a un salario promedio. El objetivo obvio es impulsar las recargas en divisas desde el exterior.
“Esto es casi una política neoliberal, que significa un aumento de tarifas y precios y congelamiento de salarios y pensiones. El problema no es el valor de las tarifas, si no que no hay aumentos de salarios desde 2021 y la inflación ha sido de tres dígitos. La gente ya no tiene dinero”, resumió el economista Omar Everleny, profesor titular de la Universidad de La Habana y exdirector del Centro de Estudios de la Economía Cubana.
