En el marco de un profundo ajuste fiscal, que tiene el objetivo de recortar el presupuesto estatal en 43.800 millones de euros, el primer ministro de Francia, François Bayrou, propuso una medida extrema: suprimir feriados con el objetivo de ayudar a “sanear las finanzas públicas”.
El particular, el mandatario busca eliminar dos días festivos: el lunes de Pascua y el 8 de mayo, que conmemora el final de la Segunda Guerra Mundial.
El plan que impulsó el gobierno francés implica congelamiento de pensiones, la reducción del empleo público o el recorte del gasto social y sanitario para ajustar el gasto público en medio de presiones de la oposición que amenaza con tirar abajo su gobierno de minoría. También propuso no actualizar el presupuesto no relacionado con la defensa el próximo año y no reemplazar a un tercio de los funcionarios cuando se jubilen.
"Cada segundo, la deuda de Francia aumenta en 5.000 euros", advirtió Bayrou y lamentó que el país se haya "vuelto adicto al gasto público". “Todo el mundo tendrá que contribuir al esfuerzo”, adelantó.
