En plena Arkansas rural, un grupo de hombres decidió levantar un barrio privado con una condición insólita y polémica: solo podrán vivir allí personas blancas. La iniciativa, bautizada Return to the Land, ya suma decenas de interesados en Estados Unidos y levanta sospechas en torno a sus motivaciones, su legalidad y los antecedentes de quienes lo impulsan.
El proyecto no se trata solo de viviendas. Sus fundadores aseguran que buscan “recuperar una vida comunitaria tradicional”, con casas construidas por los propios residentes, producción de alimentos y un estilo de vida apartado de las ciudades. Sin embargo, el requisito de la “pureza racial” es lo que coloca a este experimento en el centro de la controversia.