Para lograr el respaldo de los vetos y retomar el control del Congreso, la Casa Rosada deberá sacar a relucir capacidad negociadora con los gobernadores. Ya salieron publicados en el Boletín Oficial los vetos a tres leyes que fueron sancionadas con mayorías bastante holgadas: el aumento de las jubilaciones, la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad.
Milei volcó en casi treinta páginas los argumentos para respaldar tales vetos. El núcleo de la medida responde a mantener el equilibrio fiscal y darle un mensaje claro a los mercados en un contexto de tensión cambiaria. No es la primera vez que ocurre una decisión en esa dirección. Cristina Kirchner ya había vetado durante su gestión una ley que estableció el 82% para las jubilaciones.
El Ejecutivo argumentó en el Decreto 534/2025 que las leyes derogadas implicaban un gasto adicional de más de $7 billones para este año y cerca de $17 billones para el próximo, sin fuentes de financiamiento suficientes ni cálculos actuariales que aseguraran su viabilidad. Sumado a que su implementación ponía en riesgo el equilibrio fiscal, comprometía las metas económicas y amenazaba la estabilidad del sistema previsional.
Con el veto, Milei intenta mostrar autoridad y que no cederá a las presiones de la oposición. Pero lo más importante no es la decisión publicada hoy, sino demostrar que puede resistir el embate de la oposición en el Congreso: tarde o temprano esa oposición intentara insistir con las leyes y Milei necesita cerrar un acuerdo con los gobernadores para garantizarse el número.
