Un sector del peronismo está impulsando una reforma tributaria integral que comenzó a ser redactada como un paper y ya empezó a circular por algunos despachos de los diputados y senadores que van a asumir el cargo el próximo 10 de diciembre. El primer objetivo es generar masa crítica al interior del PJ y tratar de recuperar centralidad en la discusión política como una opción viable, en el contexto que dejó el cimbronazo del revés en las urnas.
El documento –que aspira a convertirse en un proyecto de ley- busca contraponerse, no solo al plan del Gobierno Nacional, sino a las recetas más a o menos repetidas sobre las que orbita el kirchnerismo, que no encuentra fundamentos técnicos que no apelen a la nostalgia.
La difusión del contenido de las reformas aguarda que la oposición tome la iniciativa en una agenda que domina la Casa Rosada cuyos nubarrones en los fundamentals económicos se los despejó la Casa Blanca, con la ayuda directa de Donald Trump que arrojó el salvavidas con el timming correcto. El contenido parcial de la propuesta se asienta en aliviar al castigado sector de las PyMES pero en la comprensión de que el argumento de no generar déficit fiscal es uno de los triunfos discursivos de la gestión de Javier Milei.


