La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, renunció después de que la agencia fuera sometida a un duro escrutinio por no haber impedido un intento de asesinato al expresidente Donald Trump durante un discurso de campaña, reportaron medios. La agencia no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. El Servicio Secreto, responsable de la protección de los presidentes en ejercicio y anteriores de Estados Unidos, se enfrenta a una crisis después de que un hombre pudiera disparar contra Trump desde un tejado que dominaba la reunión al aire libre en Butler, Pensilvania, el 13 de julio. Cheatle se enfrentó a la condena bipartidista cuando se presentó ante la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes el lunes, negándose a responder a las preguntas de los legisladores frustrados sobre el plan de seguridad para el mitin y cómo las fuerzas del orden respondieron al comportamiento sospechoso del hombre armado. Varios legisladores republicanos y demócratas le pidieron que dimitiera. Trump, candidato presidencial republicano, resultó herido en la oreja derecha y un asistente en la charla murió en el tiroteo. El atacante, identificado como Thomas Crooks, de 20 años, fue abatido por un francotirador del Servicio Secreto. Cheatle, que ha dirigido la agencia desde 2022, dijo a los legisladores que asumía la responsabilidad del tiroteo, calificándolo como el mayor fracaso del Servicio Secreto desde que el entonces presidente Ronald Reagan fuera tiroteado en 1981. El Servicio Secreto se enfrenta a investigaciones de múltiples comités del Congreso y del organismo de control interno del Departamento de Seguridad Nacional, sobre su organización matriz y sobre su actuación. El presidente Joe Biden, que puso fin a su campaña de reelección, también ha pedido una revisión independiente.
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Maduro dio de baja a Alberto como veedor de las elecciones
Alberto Fernández anunció que el gobierno de Nicolás Maduro le pidió que desistiera de participar como observador de las elecciones presidenciales de este domingo en Venezuela. “El gobierno nacional venezolano me transmitió su voluntad de que no viajara y desistiera de cumplir con la tarea que me había sido encomendada por el Consejo Nacional Electoral. La razón que se me dio es que, a juicio de aquel gobierno, declaraciones públicas realizadas por mí ante un medio nacional causaban molestias y generaban dudas sobre mi imparcialidad”, afirmó el expresidente en su cuenta de X. En un extenso posteo, señaló: “Entendieron que la coincidencia con lo que había expresado un día antes el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, generaba una suerte de desestabilización del proceso electoral. Debo aclarar que no comprendo tal malestar. Solo dije que en una democracia, cuando el pueblo emite su sufragio, “el que gana, gana y el que pierde, pierde” y si el oficialismo fuera eventualmente derrotado debía aceptar el veredicto popular. Otro tanto debería hacer la oposición en el caso de que el resultado le fuera adverso”.